lunes, 25 de enero de 2010

Historia de la gastronomia afrodisiaca


"El amor entra por el estómago" es un muy antiguo dicho, y esta frase se puede interpretar de muchas maneras; lo que es evidente hoy en día, es que científicamente se puede demostrar que algunos alimentos tienen propiedades que condicionan el comportamiento humano.

A través de toda la historia encontramos acciones para conseguir los favores del ser amado o deseado, y para ello se recurre a toda una serie de estrategias, de las que no están ajenas la magia, la fantasía, la gastronomía y diversas mezclas de estas disciplinas. Son cientos los productos comestibles de los que se dice tienen efectos afrodisíacos, pero la mayoría no puede sustentar científicamente las propiedades que se les atribuyen.

La sugestión (el moderno concepto del poder de la mente) también puede explicar el éxito indiscutible de muchos y extraños preparados afrodisíacos, que encontramos en todas las civilizaciones del planeta.

A través de la historia los brujos logran la liberación de fuerzas inmateriales mediante la sugestión. Establecen una cadena muy fuerte entre lo real y la fantasía, entre la enfermedad y la salud, entre la realidad humana y la fe infinita.

De los afrodisíacos "clásicos", dos de los más famosos de la historia son el polvo de cuernos de rinoceronte y la mandrágora, que, en tiempos más recientes, no han podido sustentar científicamente la fama de la que venían precedidos y simplemente los análisis los han desacreditado y han caído en el olvido.

Entre las culturas, quizás, los Griegos han contribuido más que ninguna otra civilización a la difusión del concepto del amor y la gastronomía afrodisíaca.

Incorporan la pasión física naturalmente a su forma de vida. Adoran a Afrodita que representa el concentrado de la belleza y la sexualidad libre de toda inhibición. Es natural y frecuente el uso de todo tipo de pócimas y alimentos que contribuyan a "Desarrollar los instintos que tenían en común con las bestias y los dioses".

Los Hindúes, le dan al amor el valor de un sacramento. En cierta forma, el sexo es energía, lo mismo que los alimentos y por lo tanto se pueden relacionar ambos, como semillas del ser y del espíritu. Son los vínculos de los seres vivos, son la energía vital.

La gastronomía afrodisíaca ha tenido un poderoso aliado en el entorno. Sin lugar a dudas la escenografía, influye en el arte de desarrollar el concepto de sensualidad. Imagínese una perfumada noche de verano, junto al ser amado, alrededor de una florida mesa, en una terraza frente al mar. Disfrutando de una fina cena a la luz de la Luna y candiles, mientras los envuelve suavemente la cortina musical de un violín gitano. Sólo hay que añadirle un poco de buena voluntad y obtendrá toda la magia necesaria para lograr cualquier cosa que su corazón desee.

No importa lo que estén cenando, les parecerá delicioso y sin lugar a dudas, esos alimentos tendrán efectos afrodisíacos. Por eso, en todo tiempo y lugar, dependiendo de la cultura y la moda, los diversos pueblos han puesto toda su atención en el decorado tanto del ambiente como de los diversos manjares.

La mezcla de aromas y perfumes, música y sonrisas, flores, velas, manteles, cubiertos, cristales y loza, en mil combinaciones, han contribuido a crear los ambientes de magia y seducción de la gastronomía. Desde hace miles de años en la cultura China, la filosofía Tao, recomienda el equilibrio perfecto entre sus principios rectores el Yin (femenino), el Yang (masculino), y el Chi (espíritu y energía). Vinculan también la sexualidad con el cosmos, sugieren llegar a un equilibrio perfecto entre Yin y Yang para producir las vibraciones buenas. Privilegia el Hipotálamo, región del cerebro que regula el estímulo sexual y también el hambre y la sed, por lo que se acepta que estas actividades están estrechamente vinculadas.

En otro tiempo y lugar, en la última década del siglo pasado, en la ciudad de San Francisco existía el restaurante "Maison Doree" en el que ofrecían un plato afrodisíaco llamado "Ostras de la montaña" que en realidad preparaban con testículos de toro y recomendaban consumirlo en las habitaciones privadas que ofrecían a sus sensuales clientes, porque aseguraban un efecto inmediato.

Hoy, existen restaurantes que hacen de la opción afrodisíaca un argumento de venta. En París, los restaurantes "Gran Vefour" y "La Perouse" ofrecen servicio de "Cabinets Particuliers" o reservados, donde las parejas pueden tener absoluta privacidad después de degustar un especial menú afrodisíaco.

En Vacone, a 70 kilómetros de Roma, existe el restaurante "Solo Per Due" de propiedad del diseñador Remi Di Claudio; está situado en un lugar romántico de una mansión clásica del siglo XIX. Para pedir reserva en este super romántico lugar sólo para parejas, es requisito estar "muy enamorados", entonces podrán recibir una muy fina atención en el almuerzo o cena. El "Solo Per Due" atiende a una sola pareja por vez.

Por eso este exclusivo restaurante es considerado también el más pequeño del mundo. Es muy exitoso, por lo que es necesario hacer reservaciones con seis meses de anticipación. El único problema es que algunas parejas, después de tanta espera, diluyen su entusiasmo afectivo y pierden el requisito principal, estar muy enamorados.

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